Programa FASE I fue una de las principales estrategias implementadas por el Gobierno para proteger a los trabajadores afectados por la crisis del COVID-19. Con la suspensión de operaciones en muchas empresas, miles de empleados quedaron en una situación vulnerable, sin ingresos fijos y con incertidumbre sobre su futuro laboral.
Para mitigar estos efectos, el Gobierno puso en marcha el Programa FASE I, parte del Fondo de Asistencia Social al Empleado, bajo el liderazgo del entonces ministro de Hacienda, Donald Guerrero Ortiz.
Objetivo y funcionamiento del Programa FASE I
El Programa FASE I estaba dirigido específicamente a los trabajadores cuyos contratos fueron suspendidos, asegurando que recibieran un ingreso mínimo que les permitiera cubrir sus necesidades básicas durante los meses más críticos de la pandemia.
Los beneficiarios debían estar registrados en la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) hasta febrero de 2020. A través de este esquema, las empresas eran responsables de incluir a sus empleados en la lista de beneficiarios, sin posibilidad de que el Estado o el Ministerio de Hacienda agregaran nuevos participantes.
Impacto y alcance
Durante su período de ejecución, entre abril y agosto de 2020, el Programa FASE I benefició a un promedio de 536,779 trabajadores al mes. Este apoyo financiero evitó que miles de empleados perdieran sus empleos de manera definitiva y permitió que sus familias contaran con un respaldo económico en un momento de gran incertidumbre.
Los trabajadores recibían una transferencia monetaria no condicionada, que variaba entre RD$5,000 y RD$8,000 mensuales, dependiendo de su salario previo a la suspensión.
Gracias al Programa FASE I, miles de familias lograron sobrellevar la crisis sin caer en la pobreza extrema, destacándose como una de las medidas más efectivas para sostener la estabilidad social y económica del país.